"No me gustas, Park" dijo Eleanor, sonando por un instante como si lo dijera en serio.  "Yo..."-su voz desapareciendo-"Yo creo que vivo por ti".
Park cerro los ojos y hundió su cabeza en la almohada.
"Creo, que ni siquiera respiro cuando no estamos juntos" susurro.

Sostener las manos de Eleanor era como sostener una mariposa. O un latido. Como sostener algo completo y vivo.
Tan pronto como él la toco, se pregunto porqué había esperado tanto tiempo para hacerlo.
Paso su pulgar por su palma, hasta sus dedos, y pudo estar consiente de cada respiro de ella.